El papel de los abuelos en la familia

Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres. Proverbios 17:6

Durante las actividades diarias es normal que en algún momento los padres necesiten ayuda en el cuidado de sus hijos, momento en el cual suele aparecer una figura muy conocida, los abuelos. ¿De qué manera la presencia de los abuelos en el hogar puede beneficiar o perjudicar en la crianza de los niños? ¿Cuál es la postura que un padre debe tener frente a la participación que un abuelo tiene en su hogar?

En el texto bíblico destacado podemos ver cómo el sabio Salomón resalta cuán importante es un hijo en la vida de un padre y de un abuelo, pero un niño debe recibir la correcta formación para llegar a convertirse en corona y honra para sus progenitores.

En medio de este proceso necesitamos conocer sobre quién recae la mayor responsabilidad en el desarrollo de los hijos. La Organización de los Estados Americanos (OEA) declara:

El padre y la madre deberán criar a sus hijos con esmero; proporcionarles un hogar estable, alimentos adecuados y proveerlos de todo lo necesario para el desarrollo normal de su personalidad, hasta que cumplan su mayoría de edad.

Por ende, legalmente, los padres son los principales responsables en la crianza de los menores.

Sin embargo, no podemos dejar de lado la presencia de los abuelos en la vida de los niños, es claro que ellos ya han tenido la experiencia de criar a sus hijos y en algunos casos tengan la necesidad de dar algún consejo para la formación de sus nietos, pero esto no debe ir más allá. Los padres serán quienes tomen la decisión de incluirlo o no en el desarrollo de sus hijos.

Un antiguo adagio menciona:

Escucha consejo y llegarás a viejo

No es por nada que los abuelos han llegado a asumir este papel, dejémonos guiar por su experiencia y no despreciemos los conocimientos que ellos tienen, siempre y cuando coincidan con los estatutos que Dios nos da.

Pero, ¿cómo saber que lo que están enseñado los padres es lo correcto? Todo aquello que sea guiado y enseñado bajo la dirección de Dios será apropiado para la formación de los niños. Nuestro Padre celestial, en su infinito amor, nos dejó un manual valioso para la formación de cada ser humano: debemos escrudiñar sus Escrituras y obtener todo lo que proviene de ellas.

Hace mucho tiempo atrás Dios le dio un importante consejo a su pueblo:

Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como una señal a vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos. Y enseñadlas a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y escríbelas en los postes de tu casa y en tus puertas, para que tus días y los días de tus hijos sean multiplicados en la tierra que el SEÑOR juró dar a tus padres, por todo el tiempo que los cielos {permanezcan} sobre la tierra (Deuteronomio 18:21).

Este consejo continúa siendo válido para nuestros días; es aquí donde radica la verdadera crianza que un padre debe dar a su hijo.

No olvidemos que un padre en sus inicios fue hijo de quien ahora está cumpliendo el papel de abuelo. Si usted vive los principios y valores establecidos por Dios y lo reconoce como su Guía principal, con seguridad tuvo una figura paterna o materna para orientarlo en estos principios.

La sabiduría de los abuelos no es vana. Por lo tanto, padres, escuchen a aquellos que los formaron, no desprecien sus consejos, retengan siempre lo bueno y sean un equipo con el objetivo de buscar el mejor desarrollo para sus hijos.